Los nervios de ser los primeros tras la pandemia. El honor de estrenar la nueva casa madre. El privilegio de pisar las “huellas” de Gabriel Taborin. La inmensa suerte de poder hacerlo con el hermano Juan José del Cura… todo junto.
El pasado mayo, del día 8 al 12, tuvo lugar en Belley el tradicional encuentro de profesores, con miembros de seis de los siete colegios de España (Finisterre, Burgos, Gavà, Horta, Palma y Madrid). La visita a Belley y todas las zonas de origen del Instituto de la Sagrada Familia ha sido una experiencia inolvidable y muy enriquecedora. Nos ha permitido conocer algunos de los lugares más relevantes de la Congregación en la compañía de grandes personas que han dejado, cada una de ellas, una huella imborrable en el camino: experiencia, conocimientos, ejemplo, risas (y un puntito de locura), amabilidad, servicio…
Hay que hacer justicia y reconocer que, gracias a la convivencia planteada por el Hermano Jota y por “Minu”, hemos disfrutado más si cabe del viaje. La parte más institucional y espiritual del viaje ha tenido también, gracias a ellos, una enorme carga de enriquecimiento personal. Y qué decir de los paisajes alpinos (verdes, cascadas, lagos…), y de esos días en que la furgoneta subía y subía por caminos que nos permitieron llevar el carisma donde siempre debe estar, en el cielo.
A la vuelta, las maletas pesaban algo más. No solo por la stellina, que conste en acta, también volvían llenas de sencillez y humildad.