Como todos los años y después de una intensa preparación (pre-misión), llegaron a Santa María, Catamarca más de 150 jóvenes misioneros provenientes de Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, y un buen número de Uruguay para trabajar en las diferentes localidades y barrios. Fueron acompañados por varios Hermanos y coordinadores.
Se formaron 12 comunidades de misioneros que se alojaron en capillas y escuelas para atender los diversos barrios de la ciudad. Culminaron en la escuela Las Mojarras donde se realizaron varias actividades y una evaluación positiva de lo realizado. El Hno. Valentín Vilka remarcó que “fue todo un desafío recibir a tantos jóvenes, ya que este año fue el de mayor concurrencia. Se notó la presencia de Dios en todo”. Se destacó el compromiso de los jóvenes ya que “tuvimos mucho trabajo pero también mucha respuesta. Misionamos felices y por eso estoy muy agradecida” expresó una de las coordinadoras.
Como todos los años y después de una intensa preparación (pre-misión), llegaron a Santa María, Catamarca más de 150 jóvenes misioneros provenientes de Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, y un buen número de Uruguay para trabajar en las diferentes localidades y barrios. Fueron acompañados por varios Hermanos y coordinadores.
Se formaron 12 comunidades de misioneros que se alojaron en capillas y escuelas para atender los diversos barrios de la ciudad. Culminaron en la escuela Las Mojarras donde se realizaron varias actividades y una evaluación positiva de lo realizado. El Hno. Valentín Vilka remarcó que “fue todo un desafío recibir a tantos jóvenes, ya que este año fue el de mayor concurrencia. Se notó la presencia de Dios en todo”. Se destacó el compromiso de los jóvenes ya que “tuvimos mucho trabajo pero también mucha respuesta. Misionamos felices y por eso estoy muy agradecida” expresó una de las coordinadoras.