Los diversos aspectos del carisma del Hno. Gabriel se manifestaron progresivamente a lo largo de su vida. De forma sintética podemos considerar tres momentos en los que aparecen los aspectos esenciales de su carisma.
En Belleydoux, el aspecto eclesial:
La experiencia de Gabriel consiste en la inserción progresiva en su comunidad cristiana y humana mediante la colaboración con el párroco y con el municipio en las actividades de educación, catequesis y animación litúrgica.
Estas actividades lo sitúan en la Iglesia como laico que asume responsablemente y con mucha fuerza las funciones derivadas de su bautismo y de su confirmación.
Pero muy pronto se siente llamado a la vida religiosa. Esta llamada lo lleva a buscar, y luego a fundar, una Congregación en la que pueda vivir su experiencia laical como religioso.
Su carisma se manifiesta en la visión integradora de varias actividades que tienen una dimensión a la vez cristiano-eclesial (liturgia, catequesis) y humano-social (educación en la escuela) y en el estilo misionero con que las lleva a cabo.
Este aspecto del carisma da a la espiritualidad su carácter apostólico.
En Belmont, el aspecto espiritual:
En Belmont el Hno. Gabriel consigue, después de varios intentos en otros sitios, fundar una comunidad religiosa, germen del Instituto.
Allí pasa del patrocinio de San José al de la Sagrada Familia para el Instituto naciente.
Desde las primeras Constituciones la Sagrada Familia de Nazaret se presenta como referencia primera e inmediata de la espiritualidad, del estilo de vida y de actividad de los Hermanos.
La referencia a la Trinidad divina, tanto de la Sagrada Familia para formar la comunidad, es primordial.
La vida y la historia misma del Instituto son interpretadas a la luz del misterio de Nazaret. “Estábamos ante una situación semejante a la que sufrieron nuestros Santos Patronos, María y José, cuando fueron a Belén” (Hno. Gabriel, Autobiografía).
Su carisma llega a la intuición esencial de la espiritualidad: el vínculo entre la comunidad, la Sagrada Familia y la Trinidad divina.
Este aspecto del carisma da a la espiritualidad su carácter familiar.
En Belley, el aspecto vital:
La actividad principal del Hno. Gabriel consistió en la animación y gobierno de su Instituto a través de una extensa red de relaciones internas y externas a él. Como verdadero artesano de la comunión el Hno. Gabriel empleó todos los medios, a su alcance. Los principales se pueden sintetizar así:
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La construcción de la Casa-madre, en función del movimiento anual de reunión de todos los Hermanos y de su envío en misión a las comunidades. La casa-madre era también el lugar de la formación inicial (espiritual y pedagógica) y de retiro para los mayores.
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La elaboración de la Regla de vida, con la organización del Instituto, las normas para todos y las explicaciones sobre el sentido de la vida del Hermano en todos sus aspectos.
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La promoción del espíritu de familia, mediante las circulares, las cartas y otras comunicaciones, las visitas a los Hermanos y a las escuelas, las reuniones y la puesta en común de los bienes.
El carisma se manifiesta en la realización de la misión del Instituto y en el desarrollo del «espíritu de cuerpo y de familia», que «nace de la caridad y, en consecuencia, de Dios que es la caridad misma» y hace que «todos los miembros que componen una Congregación en la que, de verdad, exista este espíritu, tienen un solo corazón y un alma sola».
Este aspecto del carisma da a la espiritualidad su carácter de comunión.