La realización de la misión a la que se sintió llamado desde la infancia, llevó al Hno. Gabriel a producir una serie de escritos a través de los cuales fue transmitiendo lo mismo que con su vida: el significado de ser Hermano.
El conjunto de esos escritos tiene, pues, una unidad de fondo: expresa el mensaje vital de una persona. Pero, al mismo tiempo, se presenta en una gran variedad por su extensión, géneros, fechas y formas de publicación. Algunos fueron dados a la imprenta directamente por su autor, otros han permanecido como manuscritos por mucho tiempo.
Para facilitar la comprensión de este corpus taborinianum, los escritos han sido colocados en cinco grupos según la naturaleza y destinatarios de los mismos.
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Autobiográficos y testamentos
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Destinados a los Hermanos
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Destinados a las escuelas, a las parroquias y a las familias
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Escritos varios
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Correspondencia
La lectura de sus escritos supone un modo de acercamiento a la persona del Hno. Gabriel que es distinto del que se hace a través de las interpretaciones de su vida en las biografías, tesis y artículos de carácter histórico. En los escritos tenemos directamente lo que él quiso decir o decirnos, si deseamos apropiarnos de su mensaje. Los escritos del Hno. Gabriel nos permiten no sólo conocer sus convicciones, sus ideas, sus intuiciones, sino también, de forma muy variada y desde muchos puntos de vista, los rasgos grandes y pequeños de su personalidad y de su carisma. Lo importante es saber dar ese paso para encontrarse con la persona.
El Hno. Gabriel se nos presenta en el conjunto de sus escritos como:
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un testigo del amor de Dios y del seguimiento de Jesucristo, atento a la voluntad del Padre, deseoso de responder a su vocación, de colaborar con el designio de Dios y de conducir a otros por el camino del Evangelio;
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un hombre del Espíritu, capaz de acoger un carisma caracterizado por la fraternidad, el espíritu de familia, las actividades en el campo de la educación, de la catequesis, de la animación de la liturgia, y de hacerlo fructificar transmitiéndolo a otros;
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un profeta de su tiempo, bien radicado en su época y en su medio geográfico y cultural, pero al mismo tiempo con una fuerza interior para salir de su tierra y proponer valores y una forma de vida, la «laicidad consagrada», difícil de comprender en su tiempo pero que han tenido un futuro.
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un compañero de camino y un guía, Hermano entre sus Hermanos, que vive con pasión la fraternidad y que tiene una palabra permanente que decir a quienes desean caminar con él.
A través de sus escritos, en realidad el Hno. Gabriel no hace más que transmitir, a veces de forma original y otras siguiendo líneas ya marcadas por otros, lo que él mismo había asimilado en sus lecturas, en sus actividades de maestro, de catequista, de fundador y Superior de una Congregación religiosa.
El contenido de sus escritos tiene como fuentes:
– la Sagrada Escritura, a la que se refiere con frecuencia de forma explícita o implícita y con algún comentario;los catecismos diocesanos y otras síntesis doctrinales que él aprendió y enseñó con tanto acierto;
– los autores espirituales más leídos y comentados en su época, entre los que destacan La Imitación de Cristo, San Francisco de Sales, San Vicente de Paúl, San Alfonso de Ligorio
– los escritores de la llamada escuela francesa de espiritualidad que tiene su origen en el cardenal Pedro de Bérulle (1575-1629); entre ellos ocupa un puesto especial San Juan Bautista de la Salle, sobre todo por sus obras de carácter pedagógico;
– autores que tratan temas de vida religiosa, desde la Regla de San Benito y la tradición monástica hasta los jesuitas Alfonso Rodríguez y Juan Bautista Saint-Jure, y Juan Pedro Médaille.