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![]() Papa Gregorio XVI Breve de Aprobación del Instituto AL VENERABLE HERMANO ALEJANDRO RAIMOND DEVIE, OBISPO DE BELLEY. Venerable Hermano, salud y bendición apostólica: El querido Hermano Gabriel Taborin ha venido a esta santa ciudad, y tras venerar las reliquias sagradas de los Apóstoles, Nos ha suplicado humildemente la aprobación apostólica de la piadosa Asociación, denominada Sagrada Familia, que él mismo fundó hace varios años bajo tu autoridad, venerable Hermano, y la cual, siguiendo las reglas por ti aprobadas y bajo la dirección del mismo Hermano Gabriel, como Superior, se ha multiplicado no sólo en tu diócesis sino que, con la bendición divina se ha extendido también en otros lugares de Francia y de Saboya. Este mismo querido hijo Nos ha presentado con su súplica el libro denominado Reglas de la Asociación, y juntamente dos cartas escritas la una por ti y la otra por el venerable Hermano, el Arzobispo de Chambéry, en las cuales ambos dais un elogioso testimonio de este piadoso Instituto y suplicáis igualmente con empeño Nuestra aprobación. Recibidos, pues, estos documentos, Nos hemos alegrado mucho en el Señor a causa de la nueva ayuda de estos cooperadores, que sin ser promovidos a las Órdenes Sagradas en ninguno de sus grados, sino solamente ligados por los votos simples renovados cada tres años, han elegido la mejor parte para formar a los niños en la piedad, enseñándoles los primeros elementos de la cultura, y estando dispuestos a colaborar especialmente con los Párrocos y en otras obras de caridad y religión, allí donde fueren llamados. En lo que se refiere a la aprobación de esta Asociación debiendo proceder con la debida prudencia, según la norma de esta Santa Sede, hemos presentado todos etos documentos a algunos de Nuestros venerables Hermanos, Cardenales de la Santa Iglesia Romana, distinguidos por su prudente celo y sabiduría, que Nos hemos designado para las consultas de los Obispos y Regulares. Así pues, ellos, pensado detenida y seriamente el asunto, según les encargamos, han estimado que conviene diferir la aprobación de las Reglas, para que con una experiencia más larga, se pueda juzgar con más garantía de aquello que, para el bien de la Asociación, convenga añadir o cambiar en ellas. Pero mientras tanto, los Consultores Nos han aconsejado que aprobemos desde ahora dicha Asociación, recomendada por la santidad del ideal que se propone, la piedad de sus asociados y la utilidad de su acción, reconocida ya en muchas diócesis. En consecuencia Nos, según el consejo de estos mismos Cardenales, y tras Nuestra adecuada deliberación, aprobamos con sumo agrado por esta Carta, y c Continúen esos Hermanos emitiendo votos simples temporales basta que esta Santa Sede, pronunciando se sobre las Reglas propuestas, decida otra cosa, si lo cree oportuno ante Dios. A sí, pues, confirmamos y sancionamos esto no obstante cualquier disposición contraria. Por lo demás, humildemente pedimos al Señor abundantes gracias y toda clase de bienes para ti, venerable Hermano, para el querido Hijo Gabriel y para los demás miembros de esta piadosa Asociación, e impartimos Nuestra bendición apostólica muy gratamente y con íntimo afecto. Dado en Roma, junto a Santa María la Mayor, el 28 de agosto del año 1841, undécimo de Nuestro Pontificado. GREGORIO XVI, PAPA. |