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El H. Gabriel y el Santo Cura de Ars

Han pasado 174 años de la presencia de los Hermanos de la Sagrada Familia en la Parroquia de Ars y los Hermanos de la Sagrada Familia continúan el servicio comenzado en tiempos del Santo Cura.

Cuando el P. Juan María Vianney llegó a Ars (Ain) en 1818, el pueblo no era aún una parroquia. Sin embargo, muy pronto, gracias a su santo Cura, adquirió notoriedad en Francia y más allá de sus fronteras. La parroquia de Ars vivió la época de recristianización de después de la Revolución Francesa.

El primer encuentro del Hermano Gabriel con el párroco de Ars tuvo lugar probablemente en 1837. El Hermano Gabriel narra así ese memorable encuentro: “Siempre he creído que al saludarme, me había llamado por mi nombre y que, después de haberme preguntado cómo estaba, se había informado sobre el estado de la pequeña Congregación de la Sagrada Familia. «¿Pero, Sr. Cura, – repliqué muy conmovido – cómo me conoce usted? » – «Oh, – contestó él con una graciosa sonrisa – los amigos del buen Dios deben conocerse bien».

San Juan María Vianney llamó a los Hermanos de la Sagrada en 1849. El Hermano Gabriel, envió una comunidad de tres Hermanos para ocuparse de la dirección de la escuela de niños y de la sacristía (la escuela de niñas estaba dirigida por la Hermanas de San José).

Los Hermanos se insertaron inmediatamente en ese contexto y en esa red de relaciones para cumplir su misión de educadores y animadores de la liturgia. Además de dirigir la escuela, colaboraron en la sacristía y otras actividades de la parroquia, en conformidad con la misión inspirada en su carisma, y ayudaron en la acogida de los peregrinos. Poco después de la llegada delos Hermanos, el Hermano Gabriel publicó el libro titulado El ángel conductor de los peregrinos de Ars, que tanto disgustó al párroco por algunos elogios que se hacían de él en la introducción.

Su condición de religiosos laicos, viviendo en comunidad, colocaba a los Hermanos en una posición especial en la parroquia y en el pueblo de Ars. En el cumplimiento de su misión, desempeñaban a la vez actividades de carácter educativo que los ponían en contacto con las familias, las autoridades académicas y civiles, y actividades eclesiales que los situaban, como hombres de Iglesia con su hábito religioso, al lado del Párroco y su auxiliar, y en relación con el ámbito eclesiástico. Por su parte los Hermanos encontraban en Ars la posibilidad de expresar todas las dimensiones de su carisma en la frescura de sus orígenes.

Los diez años que los Hermanos permanecieron en contacto directo con el santo Cura fueron una experiencia muy intensa que les permitió colaborar en una comunidad cristiana dinamizada hasta extremos insospechados por la santidad de su Párroco. Su presencia cotidiana al lado del Padre Vianney y sus colaboradores los llevó a vivir acontecimientos extraordinarios, pero sobre todo a aportar su ayuda en la construcción de la comunidad humana y cristiana de Ars en la vida de cada día, a través de la educación de los niños y jóvenes, la acogida de los peregrinos, la animación de las ceremonias litúrgicas y la atención constante al Párroco.

Su inserción como comunidad religiosa en la parroquia los incorporó a una Iglesia muy cercana al pueblo y al mismo tiempo abierta a los cuatro vientos, capaz de ofrecer a todos un camino de conversión y de santidad. La relación establecida a través de esos contactos podemos calificarla de “colaboración fraterna”, dada la sencillez, inmediatez y espíritu fraterno que tuvo por ambas partes, a pesar de algunos momentos de dificultad.

El santo Cura fallecía el 4 de agosto de 1859. Después de la muerte del santo Cura, la comunidad de los Hermanos de la Sagrada Familia continuó su vida y actividad en Ars participando en sus principales acontecimientos y situaciones, muchas veces unidos a la memoria del que todos consideraban como un Santo: el proceso de beatificación y luego de canonización, la construcción de la basílica, la continuación de la peregrinación, etc. Pero lo hizo centrada en sus actividades específicas: la tarea educativa en la escuela del pueblo y en el internado (construido por los Hermanos por iniciativa del Santo), el servicio a la iglesia y la acogida de los peregrinos, que muy pronto comprendía también la visita a la casa parroquial o “Casa del Santo”, como pronto se la llamó.

Hasta 1969 los Hermanos han dirigido la escuela de Ars, fecha en la que fue confiada a educadores seglares bajo la autoridad de tutela diocesana. A partir de 1980 los Hermanos de la comunidad de Ars empezaron a vivir en la casa sacerdotal y a integrarse más directamente en el equipo de acogida y animación pastoral de los numerosos peregrinos que visitan cada año el Santuario. Entre ellos el más insigne ha sido el Papa Juan Pablo II, que visitó Ars en 1986.

En la actualidad la comunidad de Ars está formada por tres Hermanos de Burkina Faso. Sus actividades se desarrollan en la sacristía de la basílica, en la acogida de los peregrinos y en la parroquia. El Superior de la Comunidad es miembro del Consejo pastoral de la parroquia de Ars y del Consejo del Santuario.

 

(Tomado del libro del H. Teodoro Berzal: Una colaboración fraterna. San Juan María Vianney, el Hermano Gabriel Taborin y los Hermanos de la Sagrada Familia en Ars. 2013.